miércoles, 22 de abril de 2009

MAX WEBER

Max Weber


Max Weber y la teoría de la burocracia
Los malentendidos sobre el concepto de burocracia afectan a la comprensión de las ideas de Max Weber y lo paradójico es que, al intentar Weber exponer sus ideas con la mayor claridad, empleando distinciones tan detalladas para evitar esos malentendidos, quizá los haya provocado en quien no penetre en todo su sistema. Sobre todo, sus "
tipos ideales" han sido sujetos a interpretaciones realmente erróneas. Mientras que dichos tipos ideales son herramientas heurísticas para elaborar hipótesis contrastables, se les ha considerado equivocadamente como clasificaciones rígidas.
Weber al hablar sobre la sociedad, se centra en el proceso de burocratización necesario para ganar eficacia y eficiencia e institucionalidad. Define la burocracia como un instrumento de dominio social que resulta de la creciente complejidad de la sociedad, pero que acaba por esclavizar al hombre porque lo imposibilita a actuar con criterio propio, con libertad. A esto es a lo que él denomina la racionalización basada en la autoridad legal que domina al individuo. La burocracia sigue una racionalidad técnica de tipo instrumental (conecta medios con fines), pero no ofrece las propuestas de sentido y la elección de fines que sí caracteriza a los políticos carismáticos.


Weber y la política alemana


En 1917 Weber escribió una serie de artículos de prensa titulados "Parlamento y Gobierno en una Alemania reconstruida". Estos artículos exigían reformas democráticas en la Constitución del Imperio Alemán de 1871.
Weber argumentó que los problemas políticos de Alemania se debían esencialmente a un problema de liderazgo.
Otto von Bismarck había creado una constitución que preservaba su propio poder, pero inhabilitaba a otro líder poderoso para sucederlo. En enero de 1919, Weber era un miembro fundador del Partido Democrático Alemán.
Por su paradójica utilización en las medidas socializantes tanto de la
socialdemocracia como del nacionalsocialismo, las contribuciones del liberalismo de Max Weber a la política alemana siguen siendo sujeto de controversia.
Weber dejó la política debido a los conflictos con la derecha en 1919 y 1920, cuando muchos colegas y estudiantes lo despreciaron por su discurso y posición de izquierda asumido durante la revolución alemana de 1918 y 1919. En efecto, hubo estudiantes de derecha que llegaron a realizar protestas frente a su casa.
Weber abogaba por la
democracia como una herramienta para elegir líderes fuertes. Weber veía la democracia como una forma de liderazgo carismático donde la "demagogia imponía su deseo sobre las masas". Por esta razón, la izquierda europea es muy crítica con Weber, por "haber preparado el terreno intelectual para la posición de liderazgo de Adolf Hitler", aunque no intencionadamente.
El firme anti-comunismo de Weber y el reclamo insistente por una política agresiva de imperialismo alemán le ganó la crítica de la mayoría de los marxistas alemanes. Weber desilusionó aún más a la izquierda cuando uno de sus estudiantes,
Carl Schmitt (1888-1985), incorporó sus teorías en el corpus de la propaganda legal de los nazis. Las cartas personales y profesionales de Weber muestran un disgusto considerable por el anti-semitismo de sus días, por lo que, tomando además en consideración el carácter antiliberal del corporativismo de Estado y el totalitarismo de partido único, sería dudoso que Weber hubiera tenido la convicción de apoyar a los nazis, como sí hicieron Oswald Spengler y Werner Sombart.
En los Estados Unidos, las políticas de Weber son menos conocidas. Sus apologistas mantienen que la distinción que hacía Weber entre la política (evaluativa por definición) y ciencia (con "valor-neutral") protegía sus teorías sociológicas de la áspera
realpolitik de sus convicciones personales.
El debate sobre la política de Weber continúa hasta nuestros días.


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